Dolor de mandíbula o disfunción temporomandibular (DTM) es una condición que causa dolor y problemas al abrir la boca, masticar, tragar y hablar. Esta condición comúnmente se puede sentir como dolor o presión en la mandíbula, orejas, cuello o hombros. Para aliviar el dolor de mandíbula, existen varias estrategias de tratamiento, tanto farmacológicas como no farmacológicas.
Tratamiento farmacológico
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) como el ibuprofeno y el naproxeno se pueden usar para aliviar el dolor de mandíbula. Estos medicamentos se encuentran comúnmente en la farmacia sin receta. Además, los medicamentos relajantes musculares como la ciclobenzaprina pueden ayudar a relajar los músculos de la mandíbula. Los medicamentos ansiolíticos como el diazepam también pueden reducir la tensión en la mandíbula. Para obtener un alivio óptimo, es importante hablar con su médico o farmacéutico para determinar el medicamento adecuado para usted.
Tratamiento no farmacológico
Los siguientes consejos pueden ayudar a aliviar el dolor de mandíbula:
- Evite los movimientos excesivos de la mandíbula. Esto significa no morderse las uñas, morder chicle, mascar caramelos duros o apretar los dientes.
- Aplique calor. Una bolsa de agua caliente, una almohadilla caliente o una toalla caliente pueden ayudar a relajar los músculos de la mandíbula.
- Mantenga la cabeza alta. Dormir con la cabeza elevada puede ayudar a reducir la presión en la mandíbula.
- Evite los alimentos y bebidas frías o calientes. Esto puede empeorar el dolor de mandíbula y los síntomas de DTM.
- Haga ejercicios para la mandíbula. Los ejercicios para la mandíbula pueden ayudar a estirar y fortalecer los músculos de la mandíbula.
Además, se recomienda buscar ayuda profesional para tratar el DTM. El tratamiento puede incluir terapia física, terapia ocupacional, terapia del habla, terapia cognitivo-conductual y terapia de relajación. Estos tratamientos pueden ayudar a aliviar los síntomas y proporcionar alivio del dolor de mandíbula.
1. Aplicar Hielo al Área Afectada:
La aplicación de hielo al área afectada puede ayudar a aliviar el dolor de mandíbula. El hielo se puede aplicar de varias formas: en una bolsa de hielo envuelta en un paño para evitar que la piel se congele, en una bolsa de té caliente o en una servilleta fría. Para obtener los mejores resultados, se recomienda aplicar el hielo durante 10-15 minutos, a intervalos de media hora. Esta es una forma segura y no invasiva de aliviar el dolor de mandíbula.
El hielo puede ayudar a reducir la inflamación, dolor y hinchazón. También puede ayudar a reducir la tensión muscular alrededor de la articulación, lo que puede ayudar a evitar la rigidez y el dolor. El hielo también puede ayudar a aliviar el dolor de cabeza que a menudo acompaña al dolor de mandíbula.
Es importante tener en cuenta que el hielo no curará la causa subyacente del dolor de mandíbula. Por lo tanto, si el dolor persiste, es importante que un profesional de la salud se lo evalúe para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
2. Usar un Calor Relajante:
Otra forma de aliviar el dolor de mandíbula es usar una compresa tibia o una manta eléctrica para calentar el área afectada. Esto puede ayudar a relajar los músculos y a reducir la tensión alrededor de la articulación, lo que puede ayudar a reducir el dolor.
Al igual que con el hielo, se recomienda aplicar el calor durante 10-15 minutos, a intervalos de media hora. Si se usa una manta eléctrica, es importante verificar las instrucciones para no quemar la piel.
El calor también puede ayudar a aliviar el dolor de cabeza que a menudo acompaña al dolor de mandíbula. Esto se debe a que el calor relaja los músculos y ayuda a reducir la tensión.
También es importante tener en cuenta que el calor no curará la causa subyacente del dolor de mandíbula. Por lo tanto, si el dolor persiste, es importante que un profesional de la salud se lo evalúe para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
Finalmente, se recomienda a los pacientes visitar a su dentista para que realice un examen de la articulación y los dientes para descartar cualquier signo de infección. Si el dolor persiste, se recomienda realizar un tratamiento de ajuste oclusal para aliviar el dolor de la articulación y prevenir complicaciones a largo plazo.